Las normas sociales cambian con el paso del tiempo. Las actitudes hacia las madres solteras, preferencias sexuales, movilidad social, religión, raza y lo que esperamos de la vida son increíblemente diferentes ahora comparadas con las que eran hace 50 años.
Muchos de esos cambios se han producido gracias a nuevas tecnologías como la prensa escrita, el transporte motorizado o la televisión. Lo mismo está ocurriendo con Internet. Su uso es más universal que el conducir un coche o ver la televisión lo que incide directamente sobre nuestra sociedad.
Para muchos, el no tener Twitter o Facebook es algo de tiempos pasados, por lo que consideran totalmente normal publicar a donde han ido, que han hecho y con quien han compartido todas esas actividades.
¿Podemos vivir sin los datos personales de los demás?
Nuestros datos personales están siendo compartidos y procesados en muchas más formas de las que podemos imaginar. Desde las anticuadas páginas amarillas, hasta cuando tenemos que escoger el mejor colegio para nuestros hijos manejamos información personal de otras personas. Sin este tipo de datos nuestra vida sería mucho más complicada.
Directa o indirectamente usamos a diario datos personales de otras personas. Si la mayoría de nosotros nos negásemos a que nuestros fueran compartidos, muchos servicios públicos, empresas, instituciones de investigación, medios de comunicación y más sectores de los que podemos imaginar se verían afectados.
¿Dónde te esconderás mañana?
En la actualidad hay un gran revuelo con las Google Glasses. La tecnología está presente incluso en lo que vestimos. Cuando este tipo de tecnología sea más común ¿tendrá la sociedad que aceptar una mayor falta de privacidad?
Ciertas casas e incluso calles enteras se han borrado de Google StreetView debido a objeciones contra la privacidad. Pero nadie nos prohíbe mostrar mapas vía satélite que muestren los recovecos de nuestros jardines.
Y con el primer satélite comercial de video que pronto estará operativo, y con la popularidad de este tipo de tecnologías, es probable que este tipo de censura de Goolge StreetView pronto sea un recuerdo del pasado.
¿A lo mejor la privacidad es irrelevante en este nuevo mundo? Puede que sea el momento de aceptar esta premisa de libertad, deshacernos de nuestros complejos virtuales y sentirnos a gusto exhibiéndonos ante el nuevo mundo.
Datos personales “oficialmente” protegidos
Muchos países han legislado sobre qué datos deben protegerse y de qué forma. Normalmente información sobre sexo, raza, religión o nacionalidad se considera privada por lo que debe ser protegida de miradas indiscretas.
Sin embargo parece que estos datos se consideran privados debido a que durante un gran periodo de tiempo fueron motivo de discriminación social, pero que hoy en día no son tan relevantes como hace 50 años.
De hecho, pongamos un ejemplo, toma los siguientes datos:
1. Tu inclinación sexual
2. Tu dirección IP
3. Tu raza
4. Tu dirección de Skype
La mayor parte de las leyes darán una mayor importancia a los puntos 1 y 3, pero posiblemente, alguien que quiere obtener beneficios con tu información personal preferirá el 2 y el 4.
Conclusión
No digo que la privacidad no sea importante. Desafortunadamente, en el mundo real, no todos han evolucionado a un punto donde los prejuicios no existan. Las razones de seguridad para la privacidad de algunos datos son más importantes ahora que nunca. Pero la privacidad no es algo que debemos hacer de memoria, debemos dedicarle tiempo y una profunda reflexión.
Como sociedad debemos discutir que es privado y lo que no basándonos en lo que es relevante, no en los actuales estándares. Con el tiempo, nos tenemos que adaptar a nuevos conceptos de privacidad que se adecúen mejor a una sociedad en continuo desarrollo.
Siempre habrá quien quiera sacar beneficio del uso y abuso de la información privada, por lo que siempre deberemos tomar medidas para actuar contra estos criminales. Pero también debemos pensar que “personal“ se refiere a vivir, compartir la vida con los demás y no a algo que deba estar bajo llave.
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