Una de las peores pesadillas de cualquier trabajador en seguridad tecnológica es el uso de dispositivos privados en el trabajo. La razón es simple, son una de las principales amenazas para la seguridad de toda la red al no estar controladas por un profesional.
Si tu trabajo es ser Secretaria de Estado, uno de los puestos con más poder a nivel mundial, el infringir esta regla es un asunto de seguridad nacional. De hecho, en EEUU existen leyes federales que consideran la correspondencia (incluidos los correos electrónicos) documentos de estado, que deben ser guardados para que los miembros de comités del congreso, historiadores y periodistas puedan tener acceso a ellos.
Durante los cuatro años que Hilary Clinton fue secretaria de estado, nunca usó su correo oficial, solo empleó una cuenta privada que creó una semana antes de su nombramiento, poniendo en serio peligro la seguridad nacional, ya que está no disponía de la configuración optima de seguridad, ni existía un equipo que se preocupara de analizar su correspondencia en busca de malware o intentos de phishing.
Podemos entender que desde un punto de vista personal, el usar una cuenta no oficial aumenta la falsa sensación de privacidad, pero existen trabajos en los que lo fundamental es la seguridad, por lo que si tratamos temas altamente confidenciales tenemos que usar los canales oficiales para comunicarnos.
Espero que este ejemplo sirva para entender a los responsables de IT cuando insisten en tomar medidas, a veces incomodas para el usuario, pero que salvaguardan a la empresa de los cibercriminales.
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