¿Qué es más peligroso en un avión: un desodorante o un smartphone?

Todos conocemos los estrictos controles de seguridad que sufrimos en los aeropuertos desde el atentado de las torres gemelas. Se supone que todo es para mejorar la seguridad, aunque es difícil de entender cómo un terrorista se puede aprovechar de un desodorante. Sin embargo parece que no se han tomado tantas molestias en blindar los ordenadores de abordo o las comunicaciones con los controladores aéreos.

Aunque hace casi un año que Brad Haines “Renderman” nos alertaba sobre lo fácilmente que podíamos acceder a las comunicaciones entre aviones y la torre control, no ha sido hasta la semana pasada cuando Hugo Teso, un experto en seguridad y piloto titulado, demostró cómo se puede hackear un avión usando un móvil con Android.

Obviamente Teso no ha probado sus teorías en aviones reales, ya que las consecuencias podrían ser funestas. Realizó sus pruebas en hardaware/software que adquirió de distintas fuentes, desde compras por eBay hasta software de simulación suministrado por distintos proveedores.

Según Zeljka Zorz y Berislav Kucan de Help Net Security, la demostración de Teso se basa en vulnerabilidades relacionadas con las tecnologías ADS-B (el sistema de seguridad que informa de la posición y velocidad del avión) y ACARS (que sirve para comunicarse con la torre de control).

Como resultado Teso dice poder:

  • Cambiar la ruta del avión.
  • Planificar cambios en el vuelo de la aeronave al alcanzar a determinados  lugares.
  • Estrellarlo.
  • Borrar el avión del sistema de seguimiento.
  • Fastidiar a los viajeros interfiriendo en las luces y mensajes de abordo.

La respuesta, según las autoridades competentes, es que no hay nada que temer. Según la FAA (el organismo que regula la aviación en los EE.UU.):

La FFA ha determinado que la técnica descrita, durante una reciente conferencia de seguridad informática, no conlleva ningún problema para la seguridad aérea ya que no funciona en hardware de vuelo certificado.

El comunicado, que ofreció la Agencia Europea para la Seguridad Aérea, corrobora que los sistemas certificados usados en los vuelos comerciales no están afectados por las técnicas usadas por Teso.

Sin embargo, la duda surge al no dar acceso a los investigadores a plataformas de testeo reales, con lo que se zanjaría definitivamente el tema, ya que hay quien cree que estas agencias lo único que han hecho es escurrir el bulto.

No sé, si después de este artículo seguirás pensando (al igual que los organismos reguladores) que un desodorante es más peligroso (al menos está prohibido en la cabina de vuelo) que un smartphone en un avión.

 

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